La única forma de saber si un aceite de oliva es español es seguir su trazabilidad, que es obligatoria para todos los productos alimenticios.

El aceite de oliva sigue inspecciones periódicas del Ministerio de Sanidad donde inciden en la correcta trazabilidad del producto. Aun así, como en todos los sectores, puede haber quien elabore fraudes, aunque son una minoría ínfima.

Los aceites se catalogan según un análisis fisicoquímico y un análisis organoléptico, ninguno de los dos pueden diferenciar el origen de los aceites. El fisicoquímico sí puede descubrir una mezcla entre aceite de oliva y otros aceites vegetales.

Si se trata de un Aceite de Oliva Virgen Extra o de un Aceite de Oliva Virgen, la Unión Europea (UE) obliga al envasador a indicar el país de origen en la etiqueta. Para los aceites de oliva de categorías inferiores, la obligación es de indicar, al menos, si el origen del aceite es la UE o de fuera de la UE.

Todo ello está recogido en el artículo 8 del Reglamento Delegado 2022/2104 de la Comisión, aprobado el 22 de julio de 2022.