Es común que al final del día encuentres una pequeña acumulación de pelusa en tu ombligo después de usar una camiseta, sobre todo si ésta es nueva. Este fenómeno se debe a una combinación de factores relacionados con el vello abdominal, la fricción con la ropa y la anatomía del ombligo. El vello que rodea el abdomen juega un papel crucial. Estos pelos suelen crecer en dirección hacia el ombligo y actúan como pequeños cepillos que atrapan las fibras sueltas de la ropa. 

A medida que te mueves durante el día, la fricción entre la camiseta y el vello abdominal hace que se desprendan diminutas fibras de tela. Estas fibras son arrastradas por el vello hacia el ombligo, donde se acumulan. El ombligo en sí es una pequeña cavidad que facilita la acumulación de pelusa. Al ser un espacio hundido, las fibras que llegan allí no se eliminan fácilmente con el movimiento normal del cuerpo. 

Además, la sudoración y los aceites naturales de la piel pueden hacer que las fibras se adhieran más fácilmente al ombligo. El tipo de ropa que usas también influye. Las prendas de algodón y otros materiales que desprenden más fibras aumentan la cantidad de pelusa. Las camisetas nuevas suelen liberar más fibras que las ya lavadas varias veces. Este fenómeno es más común en los hombres, especialmente aquellos con vello abdominal más abundante (hombres), pero puede ocurrirle a cualquiera.