Los amish pertenecen a la constelación de grupos conocidos como "anabaptistas", uno de los movimientos más radicales surgidos a partir de la reforma protestante iniciada por Lutero. Se les llama "anabaptistas" porque rechazan como inválido el bautismo de los niños y lo consideran solo válido cuando se recibe ya de adulto. 

Ellos rechazan ser llamados anabaptistas. Los grupos anapatistas fueron perseguidos por católicos y por las principales iglesias protestantes y por ello comenzaron a emigrar al Nuevo Mundo. Las comunidades anabaptistas pacifistas son las únicas que han sobrevivido hasta hoy: pretenden vivir como los primeros cristianos y por ello se organizan en poblados aislados, rechazan todo tipo de violencia y de jerarquías rígidas, el sacerdocio (y el episcopado) y los sacramentos tal y como los entienden católicos y ortodoxos: tan solo celebran la Cena del Señor, pero rechazan que haya presencia real de Cristo en el pan y el vino. 

Creen que las comodidades modernas podrían destruir su estilo de vida y corromper su tipo de cristianismo humilde y sencillo y por ello permanecen en una especie de eterna Edad Media.

Los Amish son un grupo etnorreligioso(adjetivo que se refiere a algo que pertenece o está relacionado con una etnia) y una religión ​anabaptista (seguidor de una confesión protestante que no admite el bautismo de los niños antes del uso de razón). Conocidos principalmente por su estilo de vida sencilla, vestimenta modesta y tradicional, su resistencia a adoptar comodidades y tecnologías modernas, como son las relacionadas con la electricidad.