No, las bombillas más reparables son las bombillas led, pero debido a que hay que abrirlas para cambiar los leds fundidos, con el tiempo los plásticos se rompen y hay que comprar otra.

Las bombillas reparables que podrían durar toda la vida son una posibilidad teórica, pero en la práctica, no son comunes. Desde el punto de vista tecnológico, es posible diseñar una bombilla que tenga una vida útil extremadamente larga utilizando materiales y componentes de alta calidad. Las bombillas LED, por ejemplo, son mucho más duraderas que las incandescentes o fluorescentes, y pueden durar hasta 50,000 horas o más.

Sin embargo, para que una bombilla sea realmente reparable, debe estar diseñada para permitir el acceso a sus componentes internos, lo cual es complicado con las bombillas modernas que suelen estar selladas o requerir herramientas especializadas para su reparación.

Un factor que limita la existencia de bombillas eternas es la obsolescencia programada. Muchos productos se diseñan con una vida útil limitada para fomentar el consumo continuo, lo que significa que, aunque es técnicamente posible crear una bombilla que dure toda la vida, los intereses comerciales no siempre están alineados con esta posibilidad. Además, el desarrollo de una bombilla que sea reparable y de larga duración podría ser costoso tanto en términos de diseño como de materiales, lo que se traduciría en un precio de venta alto que no sería atractivo para muchos consumidores.

Otro aspecto a considerar es el cambio tecnológico. Las tecnologías de iluminación evolucionan rápidamente, por lo que una bombilla diseñada para durar toda la vida podría volverse obsoleta debido a nuevas innovaciones en eficiencia energética o calidad de luz. Un ejemplo famoso de longevidad es la "Bombilla Centenaria" en Livermore, California, que ha estado encendida durante más de 120 años, pero este es un caso atípico y no representa la tecnología moderna ni las prácticas comerciales actuales.