Un presidente tiene en su mano la decisión de dimitir, en este y en cualquier país democrático. Esto se dio aquí en España en el último gobierno de Adolfo Suárez y la UCD antes del ascenso de los socialistas en 1982, ya que no tenía suficientes apoyos parlamentarios y tampoco la confianza del Rey (en aquel entonces su figura tenía más poder). Así que uno de los múltiples casos sería que se viese sin apoyos y dimitiese. El ejemplo más actual es el de Mariano Rajoy en 2019. Su mandato se vio lastrado por gestiones cuestionables y corrupción, y esto hizo que el resto de grupos usasen un mecanismo extraordinario de control al gobierno: la moción de censura. Esta medida constitucional se puede aplicar siempre que haya una mayoría que crea que la acción del Gobierno es negligente. Y en este segundo caso podríamos ya incluir muchos escenarios posibles: malas gestiones, cambios bruscos en las promesas electorales, corrupción... Cualquier argumento de uno de los grupos que forman el Congreso, que pueda ser motivo suficiente al resto.