No, no son lo saludables que se piensan, incluso existe un falso mito que dice que mejora la lactancia, pero es más contraproducente aún en la lactancia. El hecho es que uno de los ingredientes de la cerveza es el lúpulo y este contiene un lignano que actúa como un fitoestrógeno, actúa sobre los receptores de estrógenos y es, por lo tanto, un disruptor endocrino. Además de todos los fotoestrógenos conocidos en algunos alimentos vegetales, el del lúpulo es el más potente conocido, esto es más perjudicial aún en situaciones como embarazo o lactancia, por lo que nunca se debe tomar en estos casos. Tampoco en niños antes de la pubertad, sobre todo niños varones.

Por otra parte, para fermentar la cebada con la levadura de cerveza debe haber azúcares, para eso es necesario un tostado o malteado de la cebada que produce azúcares de maltosa, el azúcar con el índice glucémico más alto, de 110, que se puede comparar con el del azúcar que es de 70 aproximadamente.