El color del cielo desde la superficie terrestre. Se ve azul debido a que la interacción de la luz del sol dependiente del color y la luz que nos llega refractada es mayoritariamente azul.

En la Luna, al no haber atmósfera, la luz del Sol no es refractada y sólo nos llega la que va directamente del Sol hasta nosotros. Es decir, sólo se ve el círculo del Sol en sí. El resto del cielo es, por tanto, negro excepto por las estrellas, que son visibles incluso cuando es "de día".

El cielo visto desde la Luna es oscuro. 

En la Tierra, la luz del Sol se dispersa en la atmósfera. Es un fenómeno conocido como dispersión de Rayleigh. Sería parecido a colocar un difusor (una película transparente pero con textura) delante de un foco: el difusor ayudaría a repartir la luz por todo su área. El cielo en la Tierra es ese difusor y se ve iluminado. 

En cambio, la atmósfera de la Luna es casi inexistente. El cielo es oscuro y toda la luz viene de un solo punto, el Sol, y en menor medida, de las estrellas. 

 

Tres pistas: 

1. Las fotos tomadas desde el espacio exterior, publicadas por las agencias espaciales, en todas ellas el cielo se ve oscuro. 

2. El color del cielo en la Tierra se debe a la dispersión de la luz en la atmósfera. 

3. En la luna no hay atmósfera que disperse la luz. 

Basta mirar las fotos tomadas desde la superficie lunar para ver que el cielo sobre la Luna es negro a nuestros ojos, lleno de estrellas.

Y en la Tierra no se ve un cielo azul desde la Luna, puesto que, para que eso ocurra, debes estar en la Tierra, rodeado de los gases y circunstancias que hacen que percibimos la atmósfera sobre nosotros como azul. Así que la Tierra desde la Luna se ve llena de magníficos colores, en medio de ese espacio negro lleno de estrellas.