¡Sin duda! Y no queda mucho. Ya existen varias opciones para conectarse a internet vía satélites de órbita baja e incluso ya existen zonas en las que estos satélites hacen de repetidores de señal móvil GSMA, de manera que cualquier smartphone puede conectarse directamente a su red móvil al satélite como si se tratara de una antena terrestre. Así, en poco tiempo se conseguirá tener cobertura tanto en lugares remotos (desiertos, altas montañas...) siempre que un satélite esté orbitando en ese momento por la zona. Aunque siendo 100% realistas, se cubrirá casi cualquier territorio habitable o transitable de la superficie terrestre, pero quedará pendiente la mayor parte del planeta (zonas submarinas), eso posiblemente tardará más.

A día de hoy es prácticamente una realidad. En aquellos lugares más despoblados en los que puede no haber red de cable o cobertura 4G/5G ya es posible tener una buena velocidad de transferencia de datos con las constelaciones de satélites que ofrecen internet. Como salvedad estarán siempre aquellos lugares en los que no pueda existir una línea de visión directa a un satélite: bosques muy poblados, cuevas, etc.

Actualmente la empresa Starlink de Elon Musk proporciona internet por satélite en cualquier lugar del planeta, aunque no funciona igual de bien en todas partes y al utilizar satélites tiene siempre un retardo mucho mayor que por medios terrestres.

Las formas más habituales de acceso a internet son, en orden decreciente de calidad (latencia y ancho de banda), la fibra óptica, la red de telefonía móvil, y las nuevas flotas de satélites de órbita baja, como Oneweb o Starlink.

Es evidente que es imposible que se llegue a todas las partes del mundo con fibra óptica. La red de telefonía móvil llega a muchas zonas a las que no llega la fibra. De hecho hay muchas zonas residenciales o rurales que se conectan a internet sólo por medio de la red de telefonía móvil. Pero tampoco parece viable (desde un punto de vista económico) llegar a lugares muy recónditos con esta red. Pero las nuevas flotas de satélites de órbita baja están proporcionando acceso a Internet de forma cada vez más global.

No parece aventurado pensar que en no mucho tiempo se podrá disfrutar de conexión a internet casi en cualquier parte del mundo. Pero siempre quedarán algunas zonas, como valles muy profundos, o algunos otros accidentes geográficos en los que la cobertura mediante constelaciones de satélites tampoco sea posible, debido a que dichos accidentes geográficos pueden limitar la visión directa con los satélites, e impedir la conexión.

Sí, aunque con algún matiz. Ya existe la tecnología capaz de dotar de cobertura a cualquier lugar del planeta, incluyendo océanos: la tecnología por satélite. Ya hay empresas como Starlink (del controvertido Elon Musk) que está lanzando miles de satélites al espacio con este cometido. El matiz es que en zonas sin visibilidad por satélite, cpmo cuevas, no funcionaria. Pero exceptuando estos lugares, sí se podría tener cobertura y conexión a internet desde cualquier punto.

Sí, de hecho no solo es posible sino que ya está empezando a ser una realidad. Hoy en día existen iniciativas como Starlink (subsidiaria de SpaceX), Kuiper (subsidiaria de Amazon) y OneWeb que están desplegando constelaciones de satélites para proporcionar acceso a internet en cualquier parte del planeta, incluyendo áreas remotas o poco atendidas. ¿Cómo? Con miles de satélites en órbita baja (LEO, Low Earth Orbit) forman una red que envía señales de internet a nivel global, al estilo de los satélites GPS. A diferencia de los satélites geoestacionarios tradicionales, estos están más cerca de la Tierra, lo que reduce la latencia. Luego, los avances en 5G y redes terrestres complementan el internet por satélite, ampliando la cobertura y la velocidad. En resumen, con inversión sostenida e innovación tecnológica, un mundo completamente conectado es posible en la próxima década o dos.

Todo es posible, en teoría, la pregunta es más bien cuándo. Si Starlink, que es la red de satélites de Elon Musk, consigue, tanto técnicamente como legalmente, desplegarse según lo planeado, entonces se habrá ampliado mucho la cobertura satelital de internet en nuestro planeta. Es posible que con el nuevo status de Musk se acelere el proceso, pero eso es una conjetura. StarLink es un proyecto muy controvertido, con tantas ventajas como inconvenientes. Naturalmente, este servicio solo cubre la superficie de la Tierra, que es lo que entiendo por "cualquier rincón". El fondo del mar y las cuevas profundas, esos son harina de otro costal.

Depende de cómo queramos tenerla. Hoy, la mayor parte de nosotros accede a Internet a través de un punto de red fija al que nos conectamos mediante una solución inalámbrica de corto alcance («WiFi»), o bien a través de la red móvil de datos, que requiere de la existencia de antenas que establezcan las llamadas «células de cobertura». Obviamente, ninguna de estas soluciones funcionaría en medio del océano. Pero con ayuda de un poco de equipamiento adicional, una antena portátil especial, podemos usar una conexión por satélite y disponer de acceso a Internet en cualquier lugar. La forma más popular en 2024 es acceder a Internet a través de la constelación de satélites Starlink, que tiene la mayoría de sus satélites en órbitas con una inclinación de 53 grados, lo que permite centrar el servicio entre el paralelo 53 norte y 53 sur, y en particular, los Estados Unidos «contiguos» (es decir, Alaska no). Nada impide lanzar constelaciones de satélites en órbitas más inclinadas o incluso polares, de manera que haya cobertura hasta en las regiones árticas más remotas. Todavía no es el caso, pero conforme aumenta el tráfico naval por el océano Ártico, también aumenta la necesidad de disponer de enlaces fiables «allí arriba». Así que puede que el polo Norte no tenga WiFi, pero llevando con nosotros una antena portátil se podrá disfrutar de una conectividad tan buena como la que podamos encontrar en otros lugares del planeta tan pronto como dar servicio allí sea negocio. Quedará por cubrir el fondo del océano, donde las ondas de radio normales no llegan.