La aerotermia es una bomba de calor que mediante la compresión y descompresión de líquido refrigerante en un circuito cerrado produce energía térmica (calor o frío), parecido al sistema de un frigorífico (simplificándolo mucho). Para ello usa energía eléctrica y el apoyo de la energía térmica existente en el aire, incluso en invierno. Resulta más económica por su gran eficiencia (incluso teniendo en cuenta la ampliación de potencia eléctrica necesaria). Una caldera de gas nueva necesita 1 ud de energía para producir 1,5 uds de calor y una aerotermia produce 4 uds de calor (aprox) con la misma unidad de energía eléctrica (en zonas frías un poco menos). Por contra, se ve limitada porque no es capaz de conseguir temperaturas tan altas como las calderas de combustible fósil, lo que implica una sustitución de los radiadores por fancoils o la instalación de suelo radiante. A nivel de emisiones, según IDAE supone una reducción de 80% en CO2 (y cada año se emite menos CO2 al generar electricidad en el mix eléctrico peninsular).

Lo que se conoce (o comercializa) comúnmente como aerotermia, es una tecnología de climatización basado en el motor térmico, también conocido como "bomba de calor". Los principios de este artilugio se remontan a las primeras maquinas de Watt, aunque se parecen más a la evolución del motor inventado por el francés Carnot. Si bien no es el medio más eficiente de calentar la piel de una persona, puede que sea en la actualidad la forma más eficiente de calefactar una habitación, pero siempre que el habitáculo esté aislado correctamente. Si no es así, otras formas de calefacción personales pueden ser más eficientes, como los emisores de infrarrojos. Calentar una habitación, implica no solo calentarla, sino mantenerla caliente. Si no está bien aislada, la potencia usada para elevar la temperatura, no se detendrá del todo al llegar a la temperatura deseada. La cantidad de energía disipada al exterior (asumida piscina infinita de temperatura estable) depende de la diferencia de temperatura entre dentro y fuera. Por tanto la cantidad de energía que hay que inyectar al sistema para mantenerlo, será demasiado en los casos habituales (no se usa una calefacción en verano). Hay tres medios por los que el calor puede propagarse: Conducción, convección y radiación. La conducción es calor moviéndose dentro de un medio material, por ejemplo, a través de un metal. La convección puede "simplificarse burdamente" como que el calor esta en un medio material, y es el medio el que se mueve, moviendo por tanto la energía con él. Por ejemplo, mover agua caliente. La radiación es la propagación de energía en forma de ondas, como por ejemplo la luz. Todos los cuerpos emiten luz en el espectro infrarrojo, y la cantidad neta de energía emitida depende de la temperatura del cuerpo en si mismo (entre otros factores). Pero además, esos mismos cuerpos "aceptan fácilmente" radiación infrarroja del mismo espectro, calentándose en el proceso. Al contrario que nuestra piel, que emite y acepta fácilmente infrarrojos, el aire es prácticamente transparente a esta radiación (si no está muy cargado de vapor de agua) por lo que a distancias de varios metros, la forma más eficiente de calentar a una persona, es mediante radiación infrarroja. Y el motivo es precisamente que la radiación va directa a la persona. No se invierte energía ninguna en calentar el aire que la rodea. Es el que se usa, por ejemplo, en exteriores. En terrazas de bares o jardines, donde calentar el aire no tiene sentido. Por tanto, la respuesta correcta es que la pregunta no está bien definida. En caso de querer climatizar (calentando) una habitación bien aislada, la bomba de calor es el medio más eficiente. En caso de querer calentarse uno mismo, en una habitación no aislada (o directamente en el exterior), el medio de calefacción personal más eficiente es que conozco es el de emisión de infrarrojos.