El volumen óseo mandibular requiere para su mantenimiento de la actividad masticatoria, pues es la actividad muscular con la correspondiente oclusión o contacto entre arcadas dentarias con presión la que influye en la normal remodelación y mantenimiento del volumen óseo. También disminuiría la densidad de tejido óseo, haciéndolo más frágil.

Por ello, sustituir alguna comida por dieta líquida sin más no va a conllevar problema alguno, pero si se hace hábito entonces sí podemos asistir a hipotrofias (menor volumen) a largo plazo. Esto es más probable, aunque no exclusivo, en personas de la tercera edad y en niños a quienes no se introduce suficiente alimento masticable ya con dientes erupcionados. 

Dado que mandíbula y maxilar superior son el soporte de dientes, labios y mejillas, pues se puede llegar a afectar la normal pronunciación.

En definitiva, un hueso mandibular (y maxilar superior) bien conservados requiere de la actividad muscular masticatoria regular, pero no hay óbice para que, bien por necesidad médica o bien por pauta personal alimentaria, se suspenda alguna que otra ingesta de sólidos por solo líquidos, pero nunca solo líquidos por largos periodos de tiempo.