Cuando levantas un palo del suelo bajo el que se esconden cochinillas de la humedad puedes ver cómo empiezan a correr, buscando otro refugio oscuro y húmedo. Cuando lo encuentran, se detienen. "buscando un refugio" es una interpretación humana. En realidad lo que sucede es que sus receptores han detectado la sequedad del ambiente, lo que desencadena una respuesta motora, Cuando los receptores encuentran humedad la respuesta motora se desactiva y el animal se detiene. ¿Convencerías a una cochinilla de que un mundo ideal de humedad y alimento le espera, si hace el esfuerzo de atravesar el salón? ¿Sacarías a una cochinilla de la humedad de su zona de confort? Cuando encontramos acomodo, los seres vivos estamos biológicamente condicionados a conservar ese estado. No moveremos si hay carencias: de alimento, de sexo, de temperatura. También si hay amenazas. Los condicionantes que motivan el cambio pueden ser más complejos a medida que la complejidad del ser vivo se incrementa.  Ese condicionamiento biológico a permanecer en el estado de acomodo y confort tiene mucha fuerza de conservación. De hecho, a menudo las variables que intervienen en la necesidad de cambio no son físicas, ni siquiera estrictamente funcionales. Muchas veces no son más que necesidades autoimpuestas, fruto del convencimiento, o del propósito, o del proyecto vital.