Al conectar un electrodoméstico siempre se puede producir un pico de corriente o voltaje, dependiendo del electrodoméstico. Normalmente será bajo, aunque depende de muchas cosas como las capacidades o inductancias a la entrada del dispositivo o como de buena es la instalación a tierra del electrodoméstico o la red. En principio los electrodomésticos tienen sistemas de protección para estos casos, pero a veces estas protecciones pueden ser desbordadas y se produce la rotura de alguno de los mecanismos de protección, como pueden ser varistores, fusibles, diodos... Es decir, cada vez que conectamos o desconectamos un dispositivo a un enchufe, tenemos una remota posibilidad de dañarlo. Si la conexión se hace mediante un interruptor, se eliminan algunos factores de riesgo. Por ejemplo, es posible que las boninas o condensadores internos estén cargados con lo cual no se producirán (o en menor medida) picos. Pero también dependerá del electrodoméstico y el diseño. Con lo cual, en general, será menos dañino. Igualmente, en algo tan general como los electrodomésticos, generalizar es peligroso puesto que depende tanto del diseño del electrodoméstico en si como del tipo de corrientes y voltajes que maneje.

No hay ningún problema con conectar y desconectar frecuentemente los electrodomésticos, siempre y cuando se haga con el debido cuidado (utilizar las clavijas y no jalar del cable).

También es importante asegurarse que el equipo está apagado antes de desconectarlo y conectarlo  (si fuera posible).

En mi caso, a excepción del refrigerador (obviamente), todos los electrodomésticos se conservan desconectados a menos que se estén utilizando.

Todo equipo electrodoméstico actual es una combinación de tecnologías mecánicas, eléctricas y electrónicas. Cierto es que los materiales y la forma de fabricar los componentes es mucho más robusta y fiable que hace años, pero también es cierto que el diseño que se hace pensando en uso concreto doméstico. Los equipos similares destinados, por ejemplo, a la hostelería son mucho más robustos, dado el uso intensivo al que van a ser sometidos.
Aclarado este primer condicionante, todos los equipos que se encienden pasan de un estado de ausencia de energía a otro donde se activan sus funciones: movimientos, circulación de corriente eléctrica, control y gestión de información. Esto implica un estrés, tanto en el arranque como en el uso. Si se producen ciclos excesivos de encendido y apagado, el estres aumenta y la vida útil del equipo se resiente.
Un ejemplo fácil es un coche, que actualmente también es una mezcla de componentes mecánicos, eléctricos y electrónicos. Si lo usa un taxista, la duración es de unos 4 o 5 años. Muchos arranques y paradas, muchas aperturas y cierres de puertas y maletero. Si ese mismo vehículo lo usa un particular, la duración esperada puede ser el doble, o un poco más.

Definitivamente sí, como todo dispositivo electrónico. Debido a las variaciones y picos de tensión que sufren al conectarlos y desconectarlos.

Los electrodomésticos como TV y otros aparatos que tengan sus propios medios para apagarlos es altamente recomendable usarlos antes de desconectarlos de la corriente eléctrica para evitar daños.

Solo algunos, como la nevera y el congelador