El ser humano es un ser social. La comunicación forma parte de la salud mental, y resulta imprescindible para el equilibrio emocional. Los seres humanos que se inhiben de la comunicación y la socialización adquieren pautas y pensamientos destructivos, reflejan a menudo trastornos en la alimentación y el sueño, y su esperanza de vida es menor.
Es importante considerar estos aspectos buscando actividades y entretenimientos que tengan contenido social, si estamos en riesgo de soledad. Las personas que tienen condiciones que dificultan realizar actividades (enfermedad o senectud, por ejemplo) necesitarán un mayor apoyo por parte de la familia o de los recursos sociales, si tienen acceso a ellos. La mayor amenaza de la soledad es infravalorar sus efectos en nuestra salud.