Para ser precisos: los espejos se empañan en lugares húmedos y calientes. La cantidad de vapor de agua que admite la atmósfera depende de la temperatura: a mayor temperatura admite mayor cantidad de vapor de agua y a menor temperatura menor cantidad de vapor de agua. 

Cuando el aire contiene gran cantidad de humedad, es decir contiene una cantidad de vapor de agua cercana al máximo que admite, y se enfría, al ya no poder contener tanto vapor de agua parte de dicho vapor se condensa. 

Es lo que ocurre algunas noches: la temperatura baja y parte del vapor del agua de la atmósfera se condensa: es lo que conocemos como rocío. El mismo fenómeno explica por qué se empañan los espejos en los baños. Cuando nos duchamos o tomamos un baño, el aire de ese espacio se calienta y se llena de vapor de agua. 

Pero el espejo se calienta más lentamente que el aire. Esto hace que el aire que está en contacto con el espejo esté más frío que el resto, así que parte del vapor de agua que llega a las cercanías del espejo se condensa (ya que el aire cercano al espejo, al estar más frío, no admite tanta humedad). Al condensarse sobre el espejo, este se empaña.