Depende de la persona. A mí la música no me ayuda a estudiar ni a realizar ningún trabajo intelectual. Eso incluye estudiar mi carrera de bioquímica, escribir mi tesis doctoral y realizar mi carrera científica de 40 años. 

El estado ideal para realizar una labor intelectual es lo que se llama en inglés "flow", que podríamos traducir al español como "fluidez mental". Consiste en un estado de perfecta concentración en el no nos parece realizar ningún esfuerzo. El tiempo pasa sin que nos demos cuenta. Desaparece la sensación del yo y sentimos alegría de estar inmersos en nuestra tarea. 

Pues bien, alcanzar este estado de fluidez mental requiere una ausencia de distracciones o, si las hay, que seamos capaces de no prestar atención a ellas. Por lo tanto, la música nos impediría entrar en fluidez mental. Si no lo hace, es porque somos capaces de excluirla de nuestra atención, por lo que sería absurdo tener la música puesta. 

Sin embargo, la música puede servirles a algunas personas a alcanzar un estado de emociones positivas que puede facilitar la concentración. Al escribir mis novelas, en ocasiones escuchar una canción me ayudó a sintonizar con la emoción que quería reflejar en una determinada escena.