El origen es de la antigua Grecia, que se guiaban por las estrellas que llamaron Zodiaco.  En la actualidad se sabe que no hay nada de cierto en ello. Pero cuando lo leemos hacemos el sesgo de confirmación: cuando algo nos cuadra con como somos lo verificamos y pasamos por alto lo que no concuerda con nosotros.  No hay nada de cierto ni corresponde a nada que se pueda validar científicamente. 

Desde que hay registros históricos se tiene constancia de que los antiguos ya prestaban especial atención a la posición de los astros en el cielo, encontrando patrones que relacionaban sus situaciones con eventos climáticos en su zona (básicamente, los asociaron a las estaciones). Para facilitar el reconocimiento y memorización de dichas estrellas se inventaron figuras imaginarias creadas enlazando mentalmente las estrellas más brillantes del cielo relacionadas con ellas. Estas agrupaciones y nombres varían según la cultura. Así pues, se dieron cuenta de que había una serie de grupos de estrellas "especiales" (que luego sabríamos que son las de la "eclíptica", es decir, el plano imaginario por el que aparentemente el Sol recorre de forma circular cada año) que marcaban su rudimentario calendario. En Occidente, inicialmente se establecieron 13 constelaciones principales, dividiendo el cielo de forma más o menos equidistante. Luego, en nuestra necesidad de hacer divisiones más simples, se redujeron a 12, asociándolas desde tiempos griegos a su mitología. Se dieron fenómenos como que algunas constelaciones terminaron siendo muy pequeñas (como Libra) y otras enormes (como Escorpio), de forma que se reesquematizaron (por ejemplo, las pinzas de Escorpio forman hoy parte de la constelación de Libra).
 Con todo, las supersticiones llevaron a muchos a pensar que la posición de los astros (y lo que denominaban "estrellas errantes", que luego sabríamos que son planetas), el Sol y la Luna podían determinar el devenir de las personas según su momento del nacimiento. Esto no tiene fundamento alguno ni por la influencia lumínica ni mucho menos por la gravitatoria, pero conforma una historia bonita que resulta muy persuasiva especialmente para gente con una necesidad de sensación de control en sus vidas, a quienes les puede ayudar sentir que hay ciertas predeterminaciones. Esto puede causar graves problemas si se toman decisiones importantes basadas en este tipo de argumentos totalmente irracionales.
Hoy en día, de hecho, además del mencionado asunto de la arbitrariedad de los tamaños, por la denominada precesión de los equinoccios (cambios rotacionales en el eje de la Tierra) y los movimientos de nuestro sistema a lo largo de la galaxia, ni siquiera hay una correspondencia real entre las supuestas localizaciones astrológicas y astronómicas.
En resumen: el horóscopo es un fraude socialmente normalizado.

Son varios los manifiestos en los que científicos unieron sus firmas argumentando lo falso que es la llamada "astrología". 

Ver link:

http://antropicos.blogspot.com/2008/09/manifiesto-contra-la-astrologia.html?m=1

Así y todo, me referiré a algo de desgraciada actualidad:

En estos días, seguro que hay bebés que, al igual que en Suecia, Noruega, etc, incluso España, están naciendo el mismo día que otros en la castigada Gaza.

A igualdad de fechas de nacimiento, ¿va un llamado predictor horóscopo a igualar los destinos de esos bebés?

La astrología (relacionada con el horóscopo) no es considerada como una ciencia (más bien como una pseudociencia), sin ninguna evidencia, dato científico o lógico que les dé veracidad. 

Si bien muchos años atrás las culturas identificaron las constelaciones, su uso estaba más enfocado en determinar la ubicación geográfica en los viajes (cruz en el sur, estrella polar en el norte por ejemplo), o las estaciones (ciertas constelaciones se veían o no según la época del año) con el fin de determinar temporadas de cultivos o recolección, entre otras cosas. Cómo ha sucedido en muchas sociedades, también se asociaron explicaciones místicas a situaciones físicas del mundo a través de las estrellas, objetos celestes y eventos: sucedía con los eclipses, los equinoccios, meteoros, etcétera.

Es importante considerar que si bien eran o son parte del "conocimiento" cultural de ciertos grupos sociales y que es importante respetarlos como partes de la herencia cultural de culturas antiguas, no implican una veracidad científica. Fue tal como sucedió con las viejas ideas de la tierra como centro del universo, posteriormente el método científico permitió identificar lo cierto y lo errado de dichas ideas hasta llegar al conocimiento actual del cosmos, la física, y otros.

A día de hoy no existe ninguna evidencia que permita demostrar dicho efecto de las estrellas (constelaciones) en el comportamiento humano ni su factibilidad para predecir el futuro de una persona (menos de miles de millones de forma tan "precisa" como lo quiere hacer ver un horóscopo). Todo se resumiría a una especie de "Fe", similar a la religión, que sí puede influir en ciertos comportamientos y predisposiciones (optimismo, creencia, confianza en un cambio futuro, o incluso temor y culpa). 

Adicionalmente algunos datos:

- Existen realmente más de 12 constelaciones, con lo cual los horóscopos "ignoran" un par de grupos de estrellas.

- Las fechas usadas por los horóscopos suelen ser las que culturas antiguas determinaron. Sin embargo el universo no es estático, todo se mueve y las constelaciones han ido cambiando sus fechas de ubicación en el universo respecto al sol (fácil de comprobar con apps astronómicas). 

- Las figuras de las constelaciones son invenciones humanas: cambian según cada cultura y la imaginación de aquellos que las definieron.

- Las constelaciones no son universales, es decir, no son visibles en todo el universo, ni siquiera en toda nuestra galaxia (solo vemos con nuestros ojos los objetos celestes ubicados hasta un máximo de 1500 años luz, en una galaxia de casi 100.000 años luz de diámetro). 

- Las estrellas de las constelaciones solo tienen una ubicación relativa desde nuestro planeta. Desde otro lugar de nuestra galaxia se verían diferentes, o incluso, ni se verían.