Actualmente, no existe ninguna ley que prohíba o permita el acceso al recinto de los conciertos con comida o bebida del exterior, salvo algunas excepciones recogidas en leyes autonómicas.

Es por ello, que ante este vació legal, puede considerarse, por un lado, que prohibir la entrada con comida y bebida del exterior puede ser considerara una práctica abusiva, entendiendo por tales todas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente y aquellas prácticas no consentidas expresamente que constituyen una limitación de los derechos de los consumidores. Generando, por tanto, un grave desequilibrio entre las obligaciones y derechos de las partes, según lo recogido en los artículos 82, 86.7 y 89.4 del Texto Refundido de la Ley General de Defensa de los Derechos de los Consumidores y Usuarios (TRLGDCU).

Además, la venta de productos alimentarios, podría considerarse un servicio adicional de la actividad principal que es espectáculo de que se trate, por lo que no debería impedirse la entrada con comida y bebida de fuera.

Por otro lado, dada la duración de este tipo de eventos, si podría considerarse una actividad principal y si se permite el acceso con comida o bebida de fuera y se produce alguna intoxicación alimentaria, no podría delimitarse la responsabilidad de los organizadores. Los usuarios también pueden consumir sus bebidas o comidas fuera del recinto y volver a entrar, por lo que podría parecer justificada esta prohibición.

Dada la casuística que puede tener lugar y la ambigüedad normativa existente, hay pronunciamientos tanto a favor de los consumidores, como otros que defienden la postura de los promotores, dependiendo de cuáles hayan sido las circunstancias que engloben cada caso en particular, por lo que no se puede generalizar cuál ha de ser la postura correcta.