Esta afirmación tiene sentido y tiene base genética. Los humanos somos generalmente tricrómatas, es decir, tenemos tres tipos de fotorreceptores que responden a la luz (roja, verde y azul). En personas con dos cromosomas X (la mayoría mujeres), se ha visto que las mutaciones en una de las copias de los genes para distinguir el verde o el rojo en uno de los cromosomas X puede producir un cuarto tipo de fotorreceptor (son tetracrómatas). Se debe a que estas personas tetracrómatas cuentan con una copia de la proteína correcta (generada por el cromosoma X no mutado) y otra copia de la mutada (generada por el cromosoma X con la mutación) en ese cuarto tipo de cono. Si las dos proteínas que se generan, la correcta y la mutada, funcionan adecuadamente, este “cono de más” les permite tener una visión cromática extraordinaria.

Explicación más larga para entenderlo mejor: Los genes cuya mutación causan muchos de los tipos de daltonismo se encuentran en el cromosoma sexual X, y entonces, las personas con cromosomas sexuales XY (generalmente hombres), que tienen un solo cromosoma X, tienen más probabilidades de tener estas mutaciones y ser daltónicos (de hecho, el 11% de los hombres son daltónicos). Lo que se ha descubierto es que estas mujeres tetracrómatas que portan alguna mutación causante de daltonismo en uno de sus cromosomas X no son daltónicas porque el otro cromosoma X genera una proteína “normal” tienen hijos daltónicos porque han heredado el cromosoma X con la mutación. Se ha visto que en algunas de estas mujeres que portan la mutación si la proteína mutada se expresa y puede funcionar, en vez de tener tres fotorreceptores funcionales tendrá cuatro (los tres para el rojo, verde y azul, y un cuarto con la proteína mutada) y serán tetracrómatas. Por ello, muchas mujeres pueden discriminar muchas más tonalidades de colores. De hecho, se piensa que hasta un 12% de las mujeres lo son. Es difícil de comprobar si alguien es tetracrómata, es decir, si esta proteína mutada se expresa suficientemente como para funcionar correctamente, pero el hecho de que la mayoría de las personas daltónicas sean hombres y que la mayoría de las personas tetracrómatas sean mujeres sí respalda que hombres y mujeres vean diferentes colores, y tiene cierta base científica.

La idea de que las mujeres pueden distinguir más colores que los hombres es una creencia común. Sin embargo, hay algunos puntos relevantes a considerar:

Diferencias en la visión del color: Existen diferencias en la percepción del color entre individuos, que pueden estar influenciadas por factores genéticos y biológicos. La mayoría de las diferencias en la percepción del color no están directamente relacionadas con el género sino con variaciones individuales en la visión. Los seres humanos tienen tres tipos de conos en la retina que permiten la percepción del color: conos sensibles a la luz roja, verde y azul. Las diferencias en el número y la distribución de estos conos pueden influir en la percepción del color, pero esto no está necesariamente vinculado al género. Existe una categoría especial de personas, los tetracrómatas, que tienen cuatro tipos de conos en la retina en lugar de los tres que tienen la mayoría de las personas. Esto les permite percibir una gama de colores más amplia y, en teoría, distinguir más matices de color que la mayoría de la gente.
 
Este cuarto tipo de cono, que puede detectar una longitud de onda adicional, puede permitirles ver colores que son invisibles para la mayoría de las personas. Aunque la mayoría de los tetracrómatas son mujeres (debido a la genética relacionada con los cromosomas X), el fenómeno ha sido documentado principalmente en estudios de laboratorio y no se comprende completamente en la vida cotidiana. En algunos estudios, se ha sugerido que las mujeres con tetracromatía pueden tener una mejor percepción de ciertos colores, pero la evidencia es aún limitada.