Más que de noche, se tose más en posición de decúbito (tumbado). De haber mucosidad, esta se drena con mayor dificultad y se acumula estimulando la tos. También puede obstruir las vías nasales, obligando a respirar por la boca, aumentando la sequedad, que irrita la faringe y también estimula la tos. Además, por la noche se reduce la producción natural de cortisol por lo que cualquier reaccion inflamatoria (al igual que la fiebre o los dolores) se suele exacerbar. 

La forma de evitarlo es dormir sentad@ o con varias almohadas, usar humidificador, consultar a tu médico para valorar medicación (en caso de no tener espectoración y ser únicamente irritativa). Hay muchos remedios caseros que puedes probar cuya efectividad es bastante personal. 

Tres razones podrían explicarlo:

1) Pasar a una postura horizontal (decúbito) favorece el ascenso de secreciones bronquiales, que estimulan la tos para expulsarlas.

2) La tos por reflujo gastroesofágico se favorece también por esa misma razón: el ascenso antigravitatorio de secreción gástrica hacia la laringofaringe.

3) La estancia prolongada por varias horas en un espacio no bien ventilado en donde suele acumularse polvo, ácaro o esporas, puede desencadenar más fácilmente crisis asmáticas en personas alérgicas.

 

En sentido estricto no se tose más de noche. Pero si es cierto que una persona que tiene un padecimiento de las vías respiratorias puede toser con mayor frecuencia en determinados periodos de la noche. Las vías respiratorias tienen cilios en la mucosa, que son pequeños pelitos que facilitan la evacuación de las secreciones. Cuando una persona está enferma por una infección respiratoria, se ven afectados los movimientos ciliares porque las secreciones aumentan. Por eso recomiendan más líquido, movilidad, para facilitar la evacuación. Por la noche el organismo descansa y salvo los aparatos necesarios para mantenernos vivos, el resto funciona a un nivel más bajo. Y así se piensa que puede ocurrir con los cilios y el sistema de eliminación de mucosidad de las vías. Por ello se acumula más moco que puede llegar a dificultar la ventilación, provocando el reflujo de la tos que expulsa el moco. De día nuestra movilidad, nuestra mayor actividad de los sistemas nos facilita una mejor evacuación. Esta sería una hipótesis probable de esa tos nocturna.