Los estudios actuales de genética analizan cómo afectan los genes a rasgos concretos que sean de alguna forma cuantificables. La personalidad es un concepto muy amplio, que abarca muchas cualidades y rasgos. Hay bastante discusión aún en cómo categorizar los tipos de personalidad, por lo que estudiar la genética de la personalidad es complejo.

Hay estudios que han intentado analizar esto, definiendo 5 aspectos básicos de la personalidad (Big Five personality traits). Y han encontrado que, en conjunto, estos rasgos son entre un 30 y 60% heredables, según estudios de gemelos. Esto querría decir que ese porcentaje de los rasgos de la personalidad de una persona serían explicables según su genética. Sin embargo, en los últimos años, los estudios de gemelos están siendo vistos con más escepticismo, pues parece que establecen porcentajes de heredabilidad más altos de lo que estudios posteriores son capaces de explicar. Si estudiamos individualmente los genes que hemos visto que participan en ese rasgo, no explican en conjunto tanta heredabilidad como los estudios de gemelos predecían. Esto nos lleva a pensar actualmente que los estudios de gemelos están sobreestimando de alguna forma cuánto participa la genética en estos rasgos.

Si volvemos a los rasgos individuales, hay aspectos que participan en la personalidad que tienen un componente genético, como puede ser la inteligencia (como coeficiente intelectual medido). Esto nos dice que la genética en mayor o menor medida condiciona el coeficiente intelectual, pero no lo determina. Esto quiere decir que aunque la genética explique una parte del coeficiente intelectual de una persona, no se puede predecir el nivel real de inteligencia de una persona teniendo en cuenta exclusivamente la genética, ya que los factores ambientales también juegan un papel.

En general, no podemos hablar de que la genética determine la personalidad de una persona, sí es muy probable que la genética esté contribuyendo a ella, pero aún son necesarios más estudios genéticos para entender cómo está ocurriendo esa relación. Volviendo a la pregunta, la genética podría estar condicionando en cierta medida los rasgos de la personalidad de uno, pero su desarrollo personal y su entorno también participan en gran medida en determinar su personalidad.

La personalidad es un constructo multifactorial, hay una parte que viene dada por sus genes, como por ejemplo ser una persona nerviosa, extrovertida, etc. Pero luego el ambiente configura mucha parte de como se desarrolla esa personalidad.

Factores como el estilo parental o educativo morirían parte de como “eres”. Algunos estudios ponen el porcentaje de los genes en un 30 por ciento y el ambiente en un 70 por ciento. Así que tiene más peso lo ambiental. 

Las investigaciones no son concluyentes, aunque apuntan a que el desarrollo de la personalidad se relaciona tanto con factores genéticos como con factores sociales. Puede ser que estos primeros se vayan asentando a medida que la persona entra en contacto con el entorno social, y que este modula y modifica la “base” con la que venga la persona.

Los genes contienen las instrucciones para desarrollar un organismo humano, contando con los adecuados nutrientes. Estas instrucciones son diferentes para cada individuo y van a determinar sus rasgos físicos y algunas características que van a influir en la personalidad que desarrollará.

Por ejemplo, un sistema nervioso más reactivo puede favorecer la respuesta de huida, en tanto que uno más estable facilitará la exploración. Pero serán las experiencias, especialmente las tempranas, las que configurarán los patrones estables de comportamiento que llamamos personalidad, a partir de esa predisposición genética.

Existe un acuerdo bastante amplio sobre la existencia de unas características innatas que conformarían lo que algunos denominan carácter y otros temperamentos. 

Se manifiestan desde las pocas semanas del nacimiento. Son rasgos muy estables como el nivel de activación (más activo o tranquilo), umbral sensorial, adaptabilidad a las transiciones, humor básico… El componente genético de estos rasgos es alto pero no único. Las condiciones de desarrollo del feto también tiene influencia, posiblemente, por procesos epigenéticos. 

Es sobre estos rasgos de carácter sobre los que, paulatinamente y a lo largo de todo el desarrollo, con las vivencias en un contexto determinado y con algunos elementos de gran peso como los modelos operativos internos fruto de las relaciones de apego, como se va construyendo la personalidad.