Para entender que es el pharming partamos por otro concepto parecido y conocido: el phishing. Imagina que recibes un correo diciendo que proviene de una entidad financiera informándote que tu cuenta bancaria tiene un problema y que para solucionarlo debes dar clic en el enlace (que viene en el cuerpo del mail) y diligenciar con los datos que te piden. En este tipo de "ataque" el ciberdelincuente intenta engañarte para que realices una primera acción, dar clic en el enlace, que te llevará a una página falsa que suplanta a la entidad financiera para lograr que les entregues tu información, consumando un "ataque" tipo phishing. Hoy en día se ha educado a las personas sobre esta modalidad, y los especialistas en seguridad esperamos que muchos usuarios desconfien de estos correos (aunque esto no se cumple como deseamos). Ahora supón que el ciberdelincuente quiere dar un paso más y quitarse del medio el esfuerzo de intentar engañarte con el mail, entonces inserta un malware en el flujo de información entre que intentas ingresar al sitio web y el servidor te responde: de esto trata el pharming!. En el pharming tú como usuario escribes la URL de la página real, pero el malware en tu computador, el servidor o el dns intercepta el mensaje y te redirige a una página falsa suplantando la real (claro, sin que te enteres). A menos que detectes algo extraño en la página falsa, tu impresión es que entraste a la página real, ingresas tus datos (usuario, clave, etcétera) en una página ficticia y esa información llega a los delincuentes que luego la pueden usar. El pharming, entonces, es una forma más avanzada de forma de engañarte que el phishing, aunque también más complicado de ejecutar (requiere la instalación de malware) por lo cual es menos frecuente, pero bastante más peligroso pues puede ser más difícil de detectar.