Siempre que haya estudios geológicos y geofísicos de una zona se puede predecir con relativa precisión dónde hay mayor probabilidad de que haya terremotos y cuál es la intensidad máxima que pueden alcanzar en esa zona. Estos datos se publican en mapas de riesgo sísmico que se deben tener en cuenta en la construcción de edificios e infraestructuras. Lo que no se puede predecir con exactitud es cuándo ocurrirá el terremoto. Por lo tanto, hay que estar preparados para cuando los terremotos ocurran. Para ello hacen falta esos mapas de riesgo a partir de estudios especializados, y la población en las zonas de mayor riesgo debe saber lo que debe y lo que no debe hacer en caso de terremoto. La gestión de los últimos grandes terremotos muestra cómo el nivel de desarrollo socioeconómico condiciona las buenas prácticas (California y Chile) y las malas prácticas (Haití, Turquía y Marruecos).

No, a día de hoy no es posible. Podemos saber qué zonas son más susceptibles a experimentarlos por la presencia de fallas activas, o podemos saber que se pueden desarrollar en zonas volcánicamente activas de modo generalmente previo a una erupción, pero no se han encontrado evidencias científicamente demostradas de precursores de sismos a día de hoy.