Las pulgas (orden Siphonaptera) son hematófagas (se alimentan sorbiendo sangre) y tienen un aparato bucal muy especializado que fue descrito por Snodgrass [Snodgrass, R. E. (1946) The skeletal anatomy of fleas (Siphonaptera). Smithson. Misc. Coll. 104, No. 18, 1-89.] en el que no hay piezas pares musculadas —no hay rastro de las mandíbulas— y de movimiento convergente, sino una estructura destinada a perforar y succionar, así que no muerden en ningún sentido de la palabra, sino que pican. Primero detectan un punto de la piel apropiado usando los palpos labiales, sensibles, y luego perforan usando el fascículo, formado por tres apéndices, las lacinias, un par de ellas hechas de láminas, como cuchillas, homólogas de los palpos maxilares, y detrás una impar, la epifaringe, que es la que debe penetrar con su extremo la pared de un capilar. Esas tres piezas conforman el canal alimentario, por el que fluye la sangre succionada. Para la anatomía y la fisiología de la boca, fig 2.2 y capítulo 10 en Mullen, G. R., & Durden, L. A., eds. (2019). Medical and veterinary entomology, 3rd ed., Academic press.