Un uso preventivo de un medicamento, sólo aplica cuando estamos afectados por una enfermedad crónica que requiera ese tipo de tratamientos. En el caso de antiinflamatorios o analgésicos, sólo procede usarlos de esa forma si presentamos un estado de inflamación crónica (ej. artrosis, artritis, y demás enfermedades reumáticas). En el caso de los analgésicos, sólo en casos tipo dolor neuropático o dolor por cáncer. En todos los demás casos, siempre estamos frente a una afección "puntual" (ej. nos duele una muela, tengo dolor de cabeza, etc...).

Por otra parte, el hecho de medicarse de forma crónica implica riesgos, por el hecho de que cualquier medicamento puede presentar interacciones con otros que sí podamos requerir para una patología puntual, pueden interferir en valores de analíticas de laboratorio, y finalmente, pueden provocar, con el tiempo, reacciones adversas derivadas de la exposición a largo plazo (ej en el caso que nos ocupa: daño a la mucosa gástrica y posibilidad de ulcus gastroduodenal -úlceras gástricas-). Así que... OJO!