En la alimentación del motor del coche se mezcla gasolina/gasoil y aire, formado por oxígeno y nitrógeno en su mayor parte. Al quemarse el combustible se generan altas temperaturas que favorecen la oxidación del nitrógeno, formando óxidos de nitrógeno.

La combustión es un proceso químico de oxidación rápida. En la oxidación, el elemento esencial para que esta reacción se produzca es el Oxígeno, presente en el aire en un 20%. Sin embargo, el mayor componente del aire que respiramos, y que usa el motor, es el Nitrógeno: el aire tiene el 78% de nitrógeno, por eso se generan los óxidos de nitrógeno en la combustión.