Cuando la ropa está mojada, es porque tiene agua en su interior (entre los hilos que forman el tejido) y consigue secarse cuando toda esta agua se evapora. La velocidad a la que se evapora esta agua, estará determinada por la combinación de distintos parámetros físico-químicos del ambiente: temperatura, humedad, viento. - A mayor temperatura, la ropa se secará más rápido. - A menor nivel de humedad también se secará más rápido (por esto la ropa suele tardar más en secarse en zonas de costa que en zonas de interior). - Si hay viento, la ropa se secará más rápido: a medida que el agua de la ropa se evapora, se genera una zona de mayor humedad cerca de la ropa, lo que ralentizará el proceso de secado. Si hay viento, éste consigue evacuar el exceso de humedad que hay cerca de la ropa, acelerando el proceso de secado (y se acelerará más cuanto mayor sea la velocidad del viento). Aunque la ropa no siempre se seca más rápido en el exterior de una casa que en el interior (por ejemplo, en un día de invierno con niebla, la ropa debería secarse más rápido dentro de casa si tienes la calefacción encendida), sí que suele ser lo más habitual. Esto ocurre porque en el interior de una casa (si está todo cerrado), la humedad que emite la ropa al secarse no se evacúa de ninguna manera (no hay viento que la retire y el grado de humedad de la casa aumentará a medida que la ropa se seca). De esta manera, la humedad en la casa aumenta y ralentiza la evaporación del agua que impregna la ropa.