Todavía es posible revertir la crisis climática, pero nos estamos acercando peligrosamente a un punto en el que será más complicado mitigar las consecuencias. Aunque hoy día decidiéramos abandonar el uso de combustibles fósiles (causa de la crisis climática), estaríamos unos años "viviendo" la inercia de la crisis, y por lo tanto sufriendo sus consecuencias, hasta llegar al punto de paulatina disminución del impacto y por lo tanto, de sus efectos. Será entonces cuando podríamos "aspirar" a que haya más nieve, más lluvia y más frio. Está en nuestra mano, individual y colectivamente, poner freno a esta crisis ecosocial.

Sí, pero hay que actuar muy rápido y de forma global y radical. La crisis climática se debe a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmosféra, que hacen que la radiación solar se quede "atrapada" en el planeta, y se incrementen las temperaturas. Reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero es urgente, y la única forma de reestablecer el equilibrio. El problema es que los gases ya emitidos en las últimas décadas no desaparecen instantáneamente. El CO2 que ya está en la atmósfera permanecerá allí entre 20 y 200 años, el metano unos 12 años, el óxido nitroso casi 100 años... es decir, aunque hoy mismo dejáramos de emitir gases de efecto invernadero, el efecto de las emisiones pasadas aún durará muchas décadas. Pero este hecho no puede llevarnos a la parálisis y pensar que no vale la pena hacer nada. Todo lo contrario. Cuanto antes consigamos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, antes conseguiremos comenzar a reequilibrar la atmósfera, y con ello el clima en nuestro planeta.