Viajar a La Luna supone un esfuerzo de grandes proporciones, tanto a nivel humano como técnicos y financieros. 

Para poder generar una inversión de ese tipo se necesitan razones que lo sustenten, que en los años 60 estaba básicamente sostenida en la idea de ganar la carrera espacial, poner el primer hombre en nuestro satélite y recolectar muestras que pudieran ser estudiadas en nuestro planeta (y claro, Rusia y EE. UU. se estaban peleando esa “posición”, en plena Guerra Fría). 

Dichos objetivos se cumplieron hasta la misión Apolo 17, recolectando una cantidad de muestras tal que se menciona que aún quedan bastantes que no han sido analizadas, también quedó claro el poderío Norteamericano, para finalmente derivar una reducción del presupuesto y los intereses se enfocaron de otra forma. También mencionar los fallos que se produjeron y el riesgo en las personas que hacían esas misiones, convirtiéndolos en proyectos de alto riesgo. 

Hoy existe nuevamente el interés en poner nuevamente un ser humano en La Luna (una mujer en este caso), existen medios, presupuesto y tecnología que facilitan dicho esfuerzo (como los avances de Starlink y la capacidad de reutilizar los propulsores) y el programa ya está avanzando desde hace unos meses para lograr el objetivo. 

Si bien existen muchas teorías conspirativas que intentan responder a esta pregunta y debatir sobre las misiones Apolo, la realidad es que todo es tan sencillo como la capacidad financiera de las organizaciones que realizan exploración espacial así como los intereses estratégicos, políticos y militares que dirigen las decisiones de cada país (cómo cuanto dinero destinar a dichas organizaciones). 

Incluso vale la pena mencionar que la exploración espacial ha continuado con proyectos tales como los telescopios espaciales (el James Webb requirió un esfuerzo de varios años y muchos fondos económicos), la creación de Rovers, la exploración de marte, la exploración de asteroides, Observatorios Astronómicos cada vez más avanzados, entre otros, que requieren no solo de presupuestos impresionantes, sino incluso de la colaboración entre países para llevarlos a cabo.